domingo, 26 de enero de 2014







Un Polifemo que alabaría Tzara

DESDE RUMANIA el poeta Darie Novăceanu nos envía la versión rumana de la obra poética com­pleta de Luís de Góngora: un Góngora, para quie­nes desconocemos la lengua de Mihail Eminescu y de Lucian Blaga, verdaderamente insólito y más misterioso aún: O, ziduri fără seaman! turnuri încununate / de glorie, de cinste şi de vitejie!/ O, râu imens, tu, rege pe-ntreaga-Andaluzie, / cu ţărmuri ce scînteie bătute-n nestemate!, que corresponde a la primera cuarteta del soneto A Córdoba, y esto: Sonore, —aceste rime ce mi au fost dictate, / bucólica dar culta, de Talia, la clipa / de purpură— o, - conte preaînalte , que son los tres primeros versos del Polifemo: Estas que me dictó rimas sonoras,/ culta si, aunque bucólica Talia /  -¡oh, excelso conde!—, en las purpúreas horas, etcétera. Un Polifemo que alabaría Tzara de haberlo conocido com­pleto en su lengua materna, y que por otra parte es un enfático homenaje al poeta cordobés, quien reafirma su actualidad no únicamente en las letras de Hispanoamérica sino también respecto a las li­teraturas europeas.
PERO, ¿POR QUE? un poeta rumano contempo­ráneo se preocupa por traducir a un poeta español del siglo XVI? Los límites de las nacionalidades, incluso de las lenguas —aunque en ello vaya el es­fuerzo de muchos años— no son un problema sus­tancial para la poesía; y por supuesto que las dife­rencias de épocas tampoco. La poesía justamente salva esas precisiones: la alta poesía, y Darie Novăceanu asume el riesgo a favor de una corresponden­cia espiritual, de una coherencia por deslindar mé­todos e intenciones y encontrar formas colectivas de visión poética, vertiendo a un poeta completo y clásico, profundamente español, y para utilizar pa­labras de Dámaso Alonso, “no al poeta enmarañado y confuso para quien superficialmente lo lee, sino esa poesía estricta y libre de toda niebla, no sólo en su externo y deslumbrante colorismo, sino tam­bién en su interna armazón sintáctica, llevada a fuerza (te precisión a las lindes de lo matemático..."
DON LUÍS de Góngora pertenece a ese grupo de creadores que despiertan la pasión o el snobis­mo, o en el extremo, un sentimiento de aberración: nunca es un poeta accesible, sino siempre difícil y profundo: siempre polémico. Por ello el destino de la obra de Góngora tiene mayor cercanía con el siglo XX que con los dos anteriores; ese silencio de un poco más de dos siglos en que permaneció su poesía ha sido ampliamente explicado por Alfonso Reyes y por Dámaso Alonso; y existe un paralelis­mo en cuanto a su «descubrimiento con el caso de Calderón: éste fue puesto en boga por el romanti­cismo alemán; Góngora por el simbolismo francés: ambos recuperados por las letras hispánicas. Góngora, dice Dámaso Alonso, fue exhumado por los simbolistas e introducido a España par Rubén Darío; pero tanto en los simbolistas como en Darío, Góngora únicamente actúa como una influencia de ca­rácter tangencial, nunca determinativa. En el caso de Verlaine, cuya admiración por el poeta comenta en varías ocasiones a Rubén Darío, dice Alonso, que aquel apenas balbuceaba el español. Para los france­ses, Góngora representaba más que nada un símbolo, una curiosidad materia da investigación; funcionaba más bien como un portador de originalidad, de cambio, no como un poeta que arraigara una influencia profunda.
Y es interesante el hecho de que se haya establecido un paralelismo entre Mllarmé y Góngora, por las peculiaridades de ambos poetas, ya que el primero, sin haberlo leído, "mues­tra en su poesía algunos puntos de extraña coincidencia con el autor de las Soledades". Pero sin lugar a dudas es Alfonso Reyes, en sus "Cuestionas gongorinas", y el mismo Dámaso Alonso, en sus “Estudios y ensayos gongorinos", quienes en español y en otros idiomas más han aportado al conocimiento y a acercar a Góngora a nuestro tiempo.
AHORA, PARA Rumania, a través de más de diez años de tentativas y de trabajos, Novăceanu recupera, para la cultura de su país, la poesía de Góngora, lo que le valió hace unos días el premio 1982 que el Ministerio de Cultura Español otorga a la más importante traducción de un autor español  en lengua extranjera.
Darie Novăceanu nació en Oltenia, en 1937. Ha viajado por Sudamérica y Cuba; he esta­do dos largas temporadas en nuestro país y varias veces en España. A él debemos las versiones moder­nas de Tudor Arghezi, George Bacovia y Blaga (Pablo Neruda y María Teresa León y Rafael Alberti también tradujeron poesía rumana); una antolo­gía de poesía joven rumana y dos de poesía contem­poránea, vertidas al castellano. Por otra parte ha traducido a su lengua la obra de Juan Ramón Jimé­nez, Jorge Luís Borges, Gabriel García Márquez, Félix Grande, entre otros; prepara una vasta edición de la poesía de Octavio Paz. Novăceanu, además de ser uno de los poetas más importantes de Rumania, ha difundido su cultura: la espiritualidad y la sen­sibilidad de un pueblo latino a través de la univer­salidad de su literatura.

                                                                                                                         Mario del Valle
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(Luís de Góngora y Argote, Poesía completa, edi­ción bilingüe, prologo y traducción Darie Novăceanu,
Editora Univers, Bucarest, 1982, 752 pp.).

(Excelsior, Mexico -Domingo, 19 de diciembre de 1982)